Así se pasa el tiempo y más cuando lo compartes con gente que te quiere y a la que quieres. Llega un lunes y empieza una nueva semana. Y cuando te das cuenta ya es miércoles y en seguida viernes. Y haces planes para el sábado y el domingo. Y de repente tienes que ponerlos en práctica porque ya llegaron esos días. Y luego otro lunes, y otro martes, y vuelta a empezar. Y tú encantada porque vives cada segundo, por rápido que pase, rodeada de gente que te quiere y a la que quieres. Y echas la vista atrás y te das cuenta de que ya es octubre. Y en nada está aquí noviembre, y luego la Navidad. Y se acabó 2012, ese año en el que hemos seguido viviendo inmersos en la crisis, en el que las malas noticias copan las primeras páginas y los sumarios de los informativos. Ese año en el que muchos amigos, demasiados, se han quedado en el paro. Pero también ese año lleno de buenos momentos, de cambios, de apertura de horizontes, de nuevos mundos, de nuevas experiencias. Porque en apenas dos meses llega el 2013. ¡¡Uy!! Acaba con un número que para los supersticiosos no es nada bueno. Y además no nos lo presentan como muy halagüeño. Pero seguirás rodeada de gente que te quiere y a la que quieres. Y volverán los lunes, para algunos al sol, y los martes, y los miércoles, y pasarán vertiginosos. Y volverá otro mes de mayo, y luego otro de septiembre, y otro octubre y otra Navidad. Y al final, cuando las arrugas vayan marcándose en nuestros rostros sin que nos demos cuenta, con mayor lentitud que la rapidez con la que se nos pasa el tiempo, cuando eso pase, mirarás a tu alrededor y verás que todo lo has compartido, lo bueno y lo malo, con gente que te quiere y a la que quieres.
Porque de vez en cuando merece la pena pararse y mirar a nuestro alrededor.