Disparo

Lo más importante de un disparo es que sea certero, que de en el blanco. Por eso es fundamental la elección de ese blanco, si no es el adecuado y además erramos en el tiro, los daños colaterales pueden ser mucho peores que el acierto del disparo elegido. Así que antes de coger la pistola hay que estudiar la situación, barajar todas las posibilidades que tenemos para conseguir nuestro objetivo y plantear una estrategia. Si la estrategia no es la correcta nunca conseguiremos lo que buscamos.

Así que hay que fijar las reglas a aplicar en cada momento y así ir sobre seguro. Cuando nos precipitamos y no tomamos la decisión óptima en el instante adecuado todo se tuerce. Y si se tuerce, una de dos, si lo hace sólo sobre nuestras cabezas pues no pasa nada, es nuestra responsabilidad, pero  si lo hace sobre gente que nada tenía que ver con el problema y por nuestra culpa se convierten en parte de él, ¿entonces qué?

Entonces dependerá de la conciencia de cada uno, del si nos importa o no, del si creemos que todo vale llevemos a quien llevemos por delante. Porque muchos pensarán que su situación es tan jorobada que mejor compartirla.

Si yo caigo, que caigan todos, y así nos va en este mundo de hoy en día.